Cuentame la verdad

Llegaba y no podía evitarlo. Al rato reacciona pero ya no puede hacer nada. No existen las máquinas del tiempo y en realidad es una pena, serían la solución de todos los problemas de la humanidad. Porque el ser humano es el único animal que tropieza tres veces con la misma piedra y alguna más. Odiaba caer de esa manera, un impulso eléctrico la activaba y un impulso contrario la golpeaba en el estómago. 

Con la sensación de tener algo en el interior que la descontrolaba, Mia decidió salir a la calle. No estaba segura de lo que podía pasar pero tenía derecho a intentarlo. El día fuera también estaba oscuro, aunque siempre hay una zona más iluminada (sobre todo en la época cercana a la navidad). Mia echaba de menos el aire. Parecía que solo respiraba algo en el ambiente que nada tenía que ver con el aire. La mantenía viva, o algo así. Echaba de menos poder aliviarse por mucho tiempo, eternamente. ¿Qué fueron de esos días? ¿qué fue del tiempo pasado en el que las lagunas saladas llegaban en extrañas ocasiones y con brevedad? 

Buscando el aire encontraría los días. Pero antes necesitaba hacer muchas preguntas, estaba en el mejor momento para escuchar la verdad de todo. 

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