Reflexiones entre algodón de azúcar.

Los antidotos no existen, ni las pociones mágicas capaces de cambiar las situaciones, ni mucho menos las lámparas mágicas con genios dentro que cumplen todos tus deseos (en realidad sólo tres ¡que coincidencia!). ¿Y qué decir de los hechizos que ofrecen la posibilidad de conseguir lo que desees?: Un engaño. Los cuentos infantiles nos destrozaron la vida.

La realidad es muy distinta. Los antidotos no funcionan y las lámparas mágicas cogen polvo en las estanterías. El genio se ha puesto en huelga y de los príncipes azules no se sabe nada. No es que no existan, sino que están escondidos o se han convertido en rebeldes sin causa. Y es que las princesas ya no son lo que eran. Algunas observando el panorama han hecho caso de los consejos de las brujas y se han comido la manzana envenenada. Otras, en cambio, han decidido pensar que no existen y viven perfectamente esperando algo más.

Mia se habia divertido en el parque de atracciones con su sobrina pequeña. Celia le preguntaba siempre por que los príncipes eran azules y no de otro color. Mia por más que quisiera era incapaz de encontrar una respuesta y siempre la terminaba diciendo: "porque la princesa no veía bien". Pero esa tarde, cuando se lo volvió a preguntar, Mia tardó mucho más en responder y la contestó:"supongo que a la príncesa le daba igual el color".

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