Nieve de repente.

Mia sabía que no podía salir de casa porque tenía muchos asuntos pendientes, pero la calle le llamaba, a pesar del frio que hacía. Finalmente se rindió, cogió su abrigo y su gorro (como no, el iPod) y salió corriendo de casa, antes de que nadie le preguntará a donde iba.
Tenía claro hacía donde se dirigía, aunque no lo pareciera. Llego hasta su lugar favorito, ese lugar donde se sentía tranquila, donde no estaba ni triste ni alegre, sino en el equilibrio emocional más absoluto. Seleccionó el banco adecuado y cuando se quiso dar cuenta estaba nevando. "¡Vaya! si tuviera mi cámara". Sólo la hacía falta un detalle y tres palabras para que todo fuera perfecto.

Comentarios

  1. para qué la cámara? lo importante de esos instantes en los que todo se pone de acuerdo es su fugacidad. Si los cogelamos en una foto perderá la magia de su brevedad y solo serán copias de lo que sentimos por un segundo.
    Mejor sin cámara.

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  2. La cámara sólo sirve para inmortalizar el paisaje, no para el momento. Lo que sentimos en un segundo se guarda automaticamente en nuestra cabeza, eso no hay que fotografiarlo.

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