Un clásico

¿Alguna vez has pensado como se sentía Julieta cuando estaba en su casa, vamos, cuando no estaba con Romeo? ¿Qué pensaba o cómo reaccionaba ante tanta critica y falta de apoyo para continuar con su decisión? Mia comenzaba a comprender por donde iban los tiros. 

Temblaba tan sólo de pensarlo. Daba auténtico pavor encontrarse con sonrisas de repente, palabras de apoyo, preguntas sencillas que le apetecía responder y con ganas inesperadas. Pero estaba aterrada. De repente, unas miradas sencillas y unas palabras alentadoras le estaban haciendo pasar de algo de película a una de Hitchcock. A un clásico, más bien. 

Lo de Julieta era por algo. Llevaba días planteándose como sería la vida de Romeo y Julieta (otro clásico del romanticismo) cuando no estaban juntos: por ejemplo, lo que le contaba Julieta a su nodriza, a sus amigos o familiares. En Romeo no quería pensar. Cuando lo hacía era más vulnerable, tenía más ganas de salir corriendo y  deseaba congelar el tiempo.

Comentarios

  1. La única cara de apoyo que siempre puedes encontrar es delante de un espejo... Mía debería confiar más en su reflejo

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  2. Mia confía en su reflejo, sino la sería imposible sobrevivir, pero la resulta complicado defender algunas de sus decisiones.

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