Y otra vez.

Borrador sexta página del diario de Mia: ¿Cómo se le dice que no a algo que llevas deseando días? Parece contradictorio, e igual lo es. Y mientras lo pienso, reflexiono sobre si, en realidad, es mejor que los deseos se cumplan o no. Si es mejor que se queden como algo que pudo ser y no fue. De repente todo lo fácil se convierte en complicado. Justo cuando has logrado encontrar Esa actitud, aparece la invitación a realizar lo que deseas.

No pido nada. Sólo busco mantener la sonrisa que se produce cuando reconstruyo en mi mente todo lo que pasábamos, los sentimientos y seguir teniendo los escalofríos al pasar por nuestros lugares o por sitios que nunca fueron nuestros. Eso da igual. Nosotros nunca fue nuestra palabra. Y tras reflexionar, son las dudas las que invaden mis conversaciones y mi cabeza. Dudas de esas que se solapan unas a otras, que parecen no tener solución por más que pasen días y que a pesar de que se miren desde miles y miles de perspectivas son imposibles de eliminar.
El problema está en actuar por impulsos, acceder a los deseos y darles más importancia que a las consecuencias de las acciones. Pero, ¿a quién le importan las consecuencias?.

Comentarios

  1. No deberías escribir estas cosas... que luego ya sabes lo que pasa!
    Me ha gustado esta entrada! tienes toda la razón del mundo! =)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares