Blandita
Cola de la caja del supermercado. Sábado, 12.30 de la mañana.
Un larga lista de alimentos sanos, no tan sanos y caprichos varios.
Mia tiene sueño. Tan sólo había dormido cinco horas pero se siente perfectamente, a pesar de ese sentimiento de añoranza que la acompaña desde hace semanas.
"Perdona" le dice un chico que quiere coger una caja de galletas. Ella lo mira y se separa: "disculpa". El sonríe como si supiera en lo que ella estaba pensando.
Mia suspira y continúa su compra.
¿Qué en qué pensaba? En que aunque las galletas se reblandezcan con la leche siguen siendo duras cuando salen de la caja.
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