Los científicos habían descubierto, después de una ardua investigación , que durante dos días de fechas diferentes y en años muy cercanos en el cosmos sucedía una especie de pequeña explosión similar en dos puntos desconocidos y alejados. Eso no provocó graves consecuencias pero desde ese momento el universo dejó de comportarse igual.
Después de esas fechas tan diferentes comprobaron que de forma reglada cada año, más o menos en el mismo mes, otra pequeña colisión iluminaba por segundos el universo. El destino siempre era esos dos puntos apartados, siempre los mismos por muchos que estos se desplazarán espacialmente. En este momento la explosión movía los puntos y les daba un lugar común en el cosmos.
En la actualidad las señales aparecen débiles y la frecuencia comienza a ser menos constante. Eso estaba dificultando encontrar el origen y el porqué de las explosiones. Por otro lado, la curiosidad de los investigadores se encontraba en el extraño hecho de que siempre esos dos puntos reciben por casualidad la señal de la explosión y durante escasos minutos completan la perfección del universo. Se compensan de una forma irreconocible.
Durante algún tiempo habían analizado minuciosamente ambos puntos y comprobado que cada uno por separado no eran ni siquiera similares pero que la colisión provocaba en ellos un efecto único e inexplicable que les igualaba. Todo en minutos. Todo en el mismo lugar. En cambio, el "mundo" que les rodeaba no cambiaba, sólo cambiaban ellos. Conseguían acercarse y cambiar el centro del universo. Extraño efecto que hacía de dos puntos desconocidos y, no fundamentales dentro del sistema, en el lugar más importante del cosmos.
La señal ahora no se registraba de forma constante, no seguía un protocolo, no había potencia, la intensidad era débil y tan sólo duraba unos segundos. "Todo parece volver a la normalidad. Pero será por poco tiempo, el cosmos siempre vuelve a sorprendernos", concluyó el director de la investigación.
Carla navegaba por la red y leyó este artículo por casualidad...
ResponderEliminarCon su sonrisa culpable vestida con un nuevo rouge de labios, se imaginó esas explosiones como pequeños haces de destellos rojos sobre el negro profundo del cosmos.
Pensó en cuánto le gustaría observar el fenómeno desde el balcón con vistas al mar de una suite en Barcelona.
Y, aunque su amistad no tenía nada que ver con la astronomía -aunque sí, quizá y en cierto modo,con las cintas del ovillo que llevaba siempre en el bolsillo izquierdo de su camisa- supo que Mia entendería su reacción ante el descubrimiento que se detallaba en el reportaje.
Mia estaba segura de que Carla sabría entender cada una de las palabras de ese reportaje. Nadie mejor que ella entendería esas explosiones cósmicas. Puede que en el fondo su amistad si que tenga que ver con la astronomía... aunque Mia no está tan cerca de Carla pero a veces nota como un pequeño resplandor - parecido al de las estrellas - la recuerda que siguen conectadas.
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