¿Pausa?

¿Eres capaz de parar tu vida una hora, ver que pasa y después desaparecer? Mia había empezado a leer un libro nuevo. Se lo había encontrado tirado en la calle. No solía recoger las cosas del suelo pero ¡era un libro! Le parecía un delito dejarlo ahí. Además era un misterio en sí y eso lo hacía más interesante: ¿Se le había caído a alguien o lo habían dejado aposta en esa esquina? Pero sobre todo pensó: ¿De qué iba? ¿Es una novela ficticia, realista, poesía...? 

En realidad no había pasado de la primera página exactamente de esa hoja donde el autor escribe una frase que le inspira o dedica el libro a los que le han inspirado. En este caso era una frase del propio autor. Lo curioso es que estaba fuertemente subrayada. Como si el lector anónimo y desconocido que dejó el libro la hubiera dado mucha importancia. Hojeando Mia no vio nada más subrayado.

En cuanto leyó esa frase se entero del plan 'malévolo' que el desconocido le estaba haciendo aparecer ante sus ojos. Lo leyó y inconscientemente miro a su alrededor. Era como si alguien hubiera hurgado entre sus más profundos pensamientos y los hubiera escrito (y subrayado). Algo entre tenebroso y sorprendente. 

Mia decidió trasladarlo a su vida. Pensó que hora la gustaría parar, cómo, con quién (o sin quién), dónde y sobre todo, para qué. Por desgracia el para qué estaba tan claro que parecía un holograma frente a ella. Pero se dio cuenta de que ella tenía respuesta para la pregunta pero necesitaba que otra persona contestará para que fuera la respuesta correcta... digo, completa. 

A pesar de la emoción que sintió al pensarlo se dio cuenta de que tenía miedo: ¿y si después no quería desaparecer? ¿asumiría el riesgo real de que después se desvaneciera frente a ella?  Mia pasó la página y continúo leyendo.

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