Tonterias varias y verdades como puños

Comparó y no tenía nada que ver. 

Por una vez parecía que los cambios no estaban tan mal. Pero una extraña sensación de vez en cuando le invadía, eso no le gustaba nada. Sabía como acabar con ello.
Sólo escuchando a una persona, haciendo lo que ella quería y dejándole que le dijera todas las verdades (aunque le dolieran) conseguiría atacar esa sensación. 

Se puso delante del espejo, se quitó el coletero y se empezó a peinar. Después, mientras se preparaba un chocolate fresquito se dijo: "Venga, se acabó tanta tontería, Mia".

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