Hoy tiene sentido... mañana puede que no.

Mia indagó en los archivos por si allí encontraba algo que la ayudará. Pero todo era confuso. Algunas fechas no coincidían y algunas personas le eran muy desconocidas. Sus sentimientos (si se pueden llamar así) la estaban llevando por un camino tenebroso. A un lugar oscuro y sin salida. Conocía a alguien que la podía hacerse sentir mejor, pero era inalcanzable y estaba prohibido contar la verdad. Realmente no veía la salida. 
Dispersa continuo leyendo sin encontrar rastro de su solución o de una consecuencia, desenlace o razón originaria que la diera la razón o no de su situación. No la había, llevaba varias horas frente a esos archivos y no encontraba nada, ni una palabra que acabará con su angustia. ¿y si en realidad ahí no estaba lo que buscaba?. 
El móvil no paraba de vibrar. Sólo acumulaba llamadas perdidas, que más tarde no contestaría, que borraría sin mirar. Alguien se acercó a ella y la dijo "Cerramos en media hora". En el fondo sabía que los archivos contenían lo que buscaba, en ellos había cosas en las que no se había fijado (seguro). Decidió fotocopiarlos y se los llevó a casa. Antes de abrir la puerta del portal pensó (y deseó con todas sus fuerzas) no encontrarse con nadie. Esos archivos iban a ser motivo de una larga conversación y no estaba preparada. Entró con sigilo, llamo al ascensor y llegó a la puerta de acceso a su "dulce hogar". Metió la llave y suspiró. No había nadie (¡genial!, pensó). A pesar de ello corrió hacia su cueva. Se tumbó en el suelo, abrió la carpeta y los lleyó. A los 10 minutos un "claro" salió de su boca. 
No era mucho pero parecía suficiente (por ahora).

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